MULTIFAMILIAR – GARDENIAS

Implantar un edificio en la ciudad no es una tarea sencilla. La búsqueda de aislamiento y privacidad frente a un espacio urbano complejo, heterogéneo y cambiante, origina una condición dual al momento de proyectar ¿Cómo se logra otorgar, en una obra implantada urbanamente, privacidad y apertura al mismo tiempo? Surge así la necesidad de existencia de diversos medios de control que funcionen como mediación entre el espacio exterior e interior, permitiendo tamizar los sonidos, filtrar las visuales, controlar la intimidad y asegurar el anonimato, sin que estas resoluciones impliquen una pérdida de vínculo con la ciudad. Principalmente en la ciudad de Ayacucho, donde las construcciones suelen desarrollarse en lotes entre medianeras, la resolución de este frente vinculado a la calle puede incluso dar la razón de ser a un edificio. La fachada constituye en estos casos el único plano capaz de manifestar el espíritu de la obra hacia el espacio urbano. "GARDENIAS" El proyecto trata de mostrar el resultado de una transformación de un edificio abandonado a insertarse con una nueva función de Multifamiliar en la urb. Mariscal Cáceres en Ayacucho. En el contexto actual, los edificios con envolturas de vidrio resultan en un entorno aburrido y deficiente en naturaleza para el entorno y el usuario. En tiempos anteriores, algunas casonas contenían balcones que estaban acompañados con macetas sobresaliendo hacia las calles. Esto representaba una celebración única de la vida con la naturaleza en espacios de transición como balcones y ventanas. Esta aspiración se ha adoptado en el diseño para crear una nostalgia de tener plantas junto a las ventanas que se puedan tocar, sentir y regar desde el interior para crear un vínculo distintivo con los usuarios. Estas macetas dan vida al ambiente interno y crean un sentido de pertenencia para el usuario del espacio. El vecindario externo se vuelve animado con el enrejado de macetas naturales. La piel natural semipermeable cumple la doble función de macetas y dispositivo de sombreado para el edificio. Para el resto de la intervención, se ha introducido una construcción moderna y modular, se retira la fachada principal para poner en valor la estructura existente y para que sea visible desde el exterior. La fachada interior adopta una tipología de viviendai clásica con carpintería de madera natural y de vidrio sobre la que se plantea una fachada vegetal con jardineras metálicas industriales de color verde que aportan vitalidad a la composición del edificio. Todos los materiales seleccionados son nobles y de proximidad y desde el diseño, se ha querido dar prioridad a materiales que sean fáciles de encontrar en el entorno del edificio para conseguir respetar en la medida de lo posible el entorno próximo residencial y para domesticar estos nuevos tipos de edificios implantados en el barrio. Se recupera el color verde existente en gran parte de la estructura interior del edificio y se enfatiza usándolo en toda la estructura y cerrajería de todo el edificio.